Encarecimiento del Petróleo por escasez.
El extraordinario aumento del precio del barril de petróleo, que en las últimas fechas ha llegado a superar los 67 dólares para el tipo West Texas Intermediate, es originado por la escasez de este recurso en el mercado mundial. El problema en este momento no se encuentra por el lado de la capacidad de la oferta, sino por el lado de la fuerte demanda en el mundo.
Técnicamente una escasez se define cuando un producto no alcanza a satisfacer la demanda, y eso es lo que está ocurriendo en el mercado mundial de petróleo, aunque esta escasez no se debe a problemas críticos en la producción(oferta) de petróleo en el mundo, pues la capacidad de extracción continúa creciendo, "hasta ahora," pero a un ritmo mucho más pausado que el de la demanda.Los proyectos petroleros de extracción, tienen obstáculos físicos, que provocan que su implementación sea más lenta de lo que las economías desearían.
La causa actual de la debilidad del mercado petrolero mundial es el continuo incremento de la demanda de las economías en expansión, que a estas fechas ha alcanzado ya los 84.4 millones de barriles de petróleo al día, según la "Agencia Internacional de la Energía."
Algunos países ya están quedándose sin petróleo y las filas de espera para adquirir los suministros de este recurso, son ahora organizadas por el precio. La cotización del crudo se ha convertido en el instrumento natural de discriminación en la distribución de tan necesario recurso. Las naciones que tengan para pagar un barril por encima de los 50 dólares podrán continuar con sus programas de crecimiento económico, los que no, sencillamente se tendrán que esperar a que el precio baje para poder comprarlo.En Centroamérica ya se resiente el enorme incremento en el precio del crudo y el sector más vulnerado es el de la generación eléctrica debido a que su funcionamiento depende del combustóleo y del gas.
Gráfica del incremento del precio del barril de petróleo WTI en los últimos 5 años *www.slb.com
La demanda de las principales economías del mundo, al parecer no cederá para lo que resta del año. Estados Unidos, con un crecimiento de 3.5% anual, China con un crecimiento cerca del 9% anual y la India con un 6% anual de crecimiento en promedio, desde hace 5 años, son elementos que indican que la demanda de petróleo continuará incrementándose, por lo que se espera que el precio siga su vertiginoso ascenso.
Recientemente, la Organización de Países Productores de Petróleo, la OPEP, ha incorporado a la producción mundial, un millón de barriles para tratar de contener el alza de los precios del crudo. Sin embargo esta medida, que en otros tiempos frenaba de inmediato los aumentos del precio, hoy no ha podido siquiera contener temporalmente la carrera de la cotización del petróleo.
La AIE continúa recomendando a la OPEP, que aumente su producción de petróleo para controlar el mercado, pero, según los expertos, los países miembros se mantienen produciendo a pleno rendimiento desde hace varios meses, y la producción fuera de la OPEP también se encuentra bombeando a tope, por lo que no hay al parecer en el corto plazo la capacidad de incorporar más barriles de petróleo.
El mayor productor del mundo es Arabia Saudita con alrededor de 9.5 millones de barriles producidos en tan solo un día. A este país se le ha considerado siempre el colchón de amortiguamiento para incrementar la producción de petróleo cuando han ocurrido interrupciones en los suministros o en los periodos en que el precio se ha elevado de manera importante por cuestiones políticas, pero en estos momentos, se empieza a dudar seriamente, si es real esa capacidad. Matt Simmons, especialista en financiamiento y desarrollo de proyectos petroleros, ha cuestionado severamente la capacidad restante de producción de esta nación árabe y sobre todo el volumen de sus reservas.
Una prueba clara de que no existe capacidad excedente en estos momentos, que pudiera ser incorporada para tratar de frenar el alza de los precios, es que ningún país productor desaprovecharía la oportunidad que representa el rally de los altos precios, para incrementar sus ingresos, aumentando su producción y obtener mayores ganancias. Si nadie lo está haciendo es, sencillamente, porque no existe más capacidad de producción.
Los nuevos proyectos de infraestructura petrolera de extracción de crudo considerados como "grandes," aquellos de más de 500 millones de barriles, son contados y muy pocos. Para este año se estima inicien operación alrededor de 18 proyectos de este tipo, para el próximo año, serán solo 11. Las perspectivas a partir del 2007 son un poco más críticas pues solo se estima que se pondrán en marcha 3 proyectos de esta dimensión.Según los expertos en materia de exploración y producción de petróleo, el tiempo necesario para poner en marcha a pleno rendimiento un yacimiento desde el momento en que se anuncia su existencia, es de alrededor de 6 años, por lo que el seguimiento del incremento en la capacidad de producción mundial es más o menos sencilla de predecir. Cualquier descubrimiento que se halla anunciado en fechas recientes, no podrá entrar en operación hasta después de 6 años. La exploración de petróleo está llegando cada vez a regiones más remotas, donde el crudo es más costoso de extraer, normalmente es de menor calidad y además se encuentra en yacimientos mucho más pequeños a los encontrados en décadas pasadas.
La producción actual de petróleo, proviene, en más de un 60% de campos maduros, que tienen más de 25 años de ser explotados de manera intensiva, donde ya se han aplicado métodos de extracción por medio de inyección de agua, de gas y de nitrógeno. El consumo mundial le lleva una enorme ventaja a lo que cada año se descubre. La proporción es abismal, se consumen todos los días 4 barriles de petróleo por cada uno que se descubre.
Una vez que la producción mundial de petróleo inicie su declinación no habrá poder humano que la detenga y el proceso continuará deteriorándose con los años. Este fenómeno de declinación de la producción mundial se explica por medio de los métodos de análisis que hiciera en la década de los años cincuenta, el geólogo King Hubbert sobre la producción de petróleo de los Estados Unidos.
Una curva de producción del petróleo, como sugirió originalmente M. King Hubbert en 1956.
La teoría del pico de Hubbert, también conocida como cenit del petróleo, petróleo pico o agotamiento del petróleo, es una influyente teoría acerca de la tasa de agotamiento a largo plazo del petróleo, así como de otros combustibles fósiles. Predice que la producción mundial de petróleo llegará a su cenit y después declinará tan rápido como creció, resaltando el hecho de que el factor limitador de la extracción de petróleo es la energía requerida y no su coste económico.
Aún siendo controvertida, esta teoría es ampliamente aceptada entre la comunidad científica y la industria petrolera. El debate no se centra en si existirá un pico del petróleo sino en cuándo ocurrirá, ya que es evidente que el petróleo es un recurso finito y no renovable en escalas cortas de tiempo por lo que en un momento u otro se llegará al límite de extracción. Esto depende de los posibles descubrimientos de nuevas reservas, el aumento de eficiencia de los yacimientos actuales, extracción profunda o la explotación de nuevas formas de petróleo no convencionales.Este proceso de disminución como lo había mencionado Hubbert, continúa hasta ahora y provoca que Estados Unidos requiera importar cada año más petróleo. Este método de análisis de Hubbert, conocido como la "curva de Hubbert," fue reconocido y desde entonces, se aplica tanto para pronosticar el periodo de agotamiento de un pozo, como para el de un campo, el de un yacimiento, el de un país entero o el de todo el mundo. Este hecho implicaría importantes consecuencias para los países desarrollados, que dependen en gran medida de petróleo barato y abundante, especialmente para el transporte, la agricultura, la industria química y la calefacción doméstica. La teoría debe su nombre al geofísico M. King Hubbert, quien predijo correctamente el pico de la producción estadounidense con quince años de antelación. Un creciente número de expertos creen que el pico de producción, de hecho, ya ha llegado. Después del huracán Katrina, Arabia Saudita admitió que no puede incrementar su producción para atenuar la crisis por las pérdidas en la producción y el refino sufridas en la zona del Golfo de México. Muchos piensan que estamos ante el inicio de la crisis definitiva del petróleo. Definitiva porque será la última y la que obligará a efectuar los mayores ajustes y recortes en su consumo como nunca antes se ha hecho.Pero la crisis no se limita sólo al petróleo. El gas natural también está en las últimas en muchos lugares y su pico de producción no sucederá mucho después que el del petróleo. Aun así, cabe esperar que a falta de esos recursos se inicie la explotación de los depósitos de metano en vetas de carbón.
Gráfica de la curva de la declinación de la producción mundial de petróleo según la ASPO. www.peakoil.net
Fuente: Boletín de la ASPO en español www.crisisenergetica.org
Implicaciones del pico del petróleo.
La llegada del pico del petróleo provocaría una escasez de dicho recurso. Pero esta escasez sería diferente a todas las sucedidas en el pasado ya que sus causas serían muy distintas. Los anteriores períodos de escasez tuvieron más que ver con razones políticas que con problemas reales en la extracción de los recursos. Esta vez, en cambio, el motivo fundamental será la falta de crudo suficiente para abastecer a toda la demanda. Los efectos y la gravedad de dicha escasez dependerán de lo rápido que decrezca la producción y de si se adoptaron medidas preventivas para adaptar la sociedad al uso de energías alternativas. Pero puede que esas alternativas ni siquiera lleguen a tiempo. En ese caso todos los productos y servicios que requieran el uso de petróleo escasearán disminuyendo el nivel de vida de todos los países. Los escenarios futuros van desde un más que probable colapso de la sociedad industrializada.
Catástrofe .
El crecimiento económico y la prosperidad que vive el primer mundo desde la revolución industrial son debidas, en gran parte, al uso de los combustibles fósiles. Estos recursos fósiles inevitablemente tienden a ir decayendo ya que se consumen a una velocidad muy superior a la que son reemplazados (escalas geológicas). Algunos creen que el decrecimiento de la producción de combustibles producirá un impacto drástico en la civilización tecnológica moderna ya que esta es fuertemente dependiente del petróleo como combustible, como acumulador químico, y para la industria de los fertilizantes. Los EE. UU. son especialmente dependientes de esta materia prima. Alrededor de un 90% del transporte de la primera potencia mundial hace uso del petróleo.Algunos vaticinan que ocurrirá una catástrofe maltusiana a medida que se incremente la ineficiencia en la producción de crudo. Desde la década de los 40 la agricultura ha incrementado enormemente su productividad, debido en gran medida al uso de pesticidas y abonos químicos así como de la mecanización de los procesos de cultivo y recolección. A este proceso se le llamó Revolución verde. La subida en la producción de alimentos ha revertido en una subida en un crecimiento de la población sin precedentes en los últimos 50 años. Los pesticidas y fertilizantes tienen al petróleo como ingrediente básico. La maquinaria agrícola también requiere petróleo. Sabiendo que, actualmente, por cada julio de comida se consumen entre 5 y 15 julios de energía en la producción y la distribución se ha especulado que una disminución en los suministros de crudo causarían el colapso de la agricultura moderna lo que revertiría en una drástica reducción de la producción de alimentos, precedida de un aumento drástico en los precios de los mismos . Su escasez podría producir hambrunas masivas.La escasez de petróleo podría forzar a cambiar los métodos agrícolas hacia la llamada agricultura biológica menos dañina medioambientalmente pero también menos intensiva. La nueva agricultura requerirá también una mayor mano de obra lo que obligará a que mucha gente deje las ciudades para desplazarse al campo invirtiéndose la tendencia predominante en las sociedades industriales de migración de gente del campo a las ciudades. Otro posible efecto derivado se haría notar en las sociedades cuyo transporte y urbanismo son altamente dependientes del petróleo como es el caso de Europa pero, sobre todo, los EEUU.
En Norteamérica los efectos de la escasez de crudo serían especialmente dramáticos. La mayoría de los estadounidenses viven en los llamados suburbios, zonas de baja densidad y de construcción residencial extensiva concebidas para el uso del automóvil. La estrecha relación entre el coche y el tipo de vivienda hacen del suburbio americano un sistema insostenible. La falta de combustible para sus coches obligaría a muchos norteamericanos a desplazarse a zonas de mayor densidad de población. Los suburbios podrían convertirse en los barrios bajos del futuro. Existe un movimiento que pretende abordar este problema llamado "New Urbanism" que busca hacer evolucionar los suburbios hacia barrios de mayor densidad construyendo nuevas edificaciones no tan extensivas.El medio ambiente podría también verse afectado. Cuando la producción de crudo empiece a declinar la humanidad podría aumentar el uso de energías aún más contaminantes como el carbón, del cual aun quedan reservas significativas en la Tierra. Esto podría acelerar el calentamiento global y los problemas sanitarios como el cáncer y las intoxicaciones por metales pesados.
Implicaciones políticas.
Actualmente, los Estados Unidos son la economía que más uso hace del petróleo y que mantiene los más bajos precios de este preciado recurso. Su posición global como hiperpotencia se apoya en su supremacía económica, la cual, a su vez, depende enormemente de una buena disponibilidad de petróleo barato. Al mismo tiempo, las mayores reservas mundiales de crudo se encuentran en Venezuela, Arabia Saudí, Iraq, los Emiratos Árabes Unidos, Irán y Rusia. Cuando el pico de Hubbert suceda y el petróleo se convierta progresivamente en un lujo más escaso es razonable pensar que surjan y se agudicen las tensiones económicas y políticas entre los principales productores y los consumidores.Algunos observadores ven en las acciones del gobierno de los Estados Unidos en Oriente Medio, incluyendo la invasión de Iraq de 2003, como la continuación de una lucha geopolítica a largo plazo debida a la necesidad de la superpotencia de proveerse de suministros de crudo a precios económicos incluso cuando las reservas mundiales empiecen a escasear, obteniendo así una situación privilegiada y ventajosa con respecto al resto de naciones.Richard Heinberg ha propuesto un protocolo de agotamiento del petróleo como una vía para mitigar las repercusiones de la llegada del pico. La adopción del Protocolo significaría que "las naciones importadoras deberían pactar reducir sus importaciones de acuerdo a un porcentaje anual (Tasa de Agotamiento Mundial), mientras que los países exportadores deberían acordar reducir sus exportaciones de acuerdo a esa misma tasa". En una dirección similar se ha enfocado el Protocolo de Upsala.En cuanto a si es posible reducir la dependencia del petróleo, Racy sugiere que, a corto plazo, las posibilidades “son bastante limitadas. Históricamente, luego de largas batallas con los precios del petróleo, han surgido innovaciones que hace posible la reducción relativa del consumo (como los coches más económicos) y se ha reducido el grado de falta de elasticidad de la demanda. Incluso el uso de alcohol como alternativa exige un tiempo para la ampliación de la flota y cambios en las expectativas a largo plazo sobre la oferta y los precios de ambos combustibles”.
Alternativas al petróleo convencional.
Existen otras fuentes de energía alternativas que pueden usarse en vez de los combustibles fósiles en muchas de las aplicaciones para las que éste se usa. Por ejemplo el etanol extraído de los cultivos de caña de azúcar que mueven buena parte de los automóviles en Brasil o Cuba, o los extractos oleaginosos de cultivos como la soja, girasol, olivo... También existen sustitutos más naturales para los pesticidas y los plásticos. Por el lado negativo algunos de los sustitutos que se barajan podrían ser hasta más contaminantes que los combustibles actuales. Este sería el caso de los aceites sintéticos derivados del carbón o el gas natural a lo que, por ejemplo, ya se vio obligada a recurrir la Alemania Nazi para proveer a su ejército. A medida que se agoten los recursos que se encuentran en los yacimientos cada vez se recurrirá más a dichas alternativas para paliar, en parte, la escasez. Aun así muchos dudan que puedan siquiera llegar a acercarse al uso tan desmedido que se le ha dado al petróleo en la última mitad del siglo XX. Para los combustibles de origen vegetal se deberían sacrificar los campos que se necesitan para cultivar alimentos y aun serían pocos para sustituir el uso actual de combustibles. En el caso de los sintéticos quizá la abundancia de carbón hiciera inicialmente factible una cierta sustitución pero no hay que olvidar que el carbón, como el petróleo también es un recurso que aunque abundante, es finito. Una intensificación de la demanda acortaría el agotamiento de las minas. Es difícil pensar a su vez en una extracción efectiva de dicho mineral sin el petróleo que hoy se usa para mover toda la maquinaria de la minería, camiones, elevadores, excavadoras... Por otra parte el uso del carbón y sus derivados sintéticos aumentaría aún más la contaminación acelerando los problemas de contaminación atmosférica y el calentamiento global.La crisis global requerirá soluciones globales lo que quizá forzaría un aumento de la complejidad social, que no tecnológica. También sería necesaria quizá una reducción de la población en base a una reducción controlada de la natalidad. Todo en pro de evitar conflictos posteriores y una sobreexplotación aún mayor. Los diferentes estados deberían ponerse de acuerdo para aplicar políticas comunes con el único objetivo de reducir el consumo en términos absolutos al precio que sea. Un desajuste de la economía mundial provocaría crisis en casi todas las regiones del planeta, como escribiera el Ex ministro de Medio Ambiente de Reino Unido (1997-2000), el Sr. Michael Meacher, en el "Financial Times", "a falta de una toma de conciencia general y de decisiones planetarias inmediatas de cambios radicales en materia de energía, la civilización afrontará la perturbación más aguda y, sin duda, la más violenta de la historia reciente." ¿Se puede hacer algo? Es la pregunta que suele salir al aire cuando se tocan temas de este tipo. La duda está en si eso será posible sin pasar por algún conflicto militar previo o por alguna crisis humanitaria de proporciones bíblicas. La respuesta es si, pero se necesita enfrentar con objetividad el problema y eso es competencia de los estados y de los gobierno de los países, que tienen ante si, dos opciones, o lograr acuerdos internacionales y tomar medidas locales para hacerle frente a esta situación, o simplemente ignorarlo todo y esperar a ver qué sucede.
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